Aliméntese bien, nútrase mejor. La alimentación saludable cuenta con unos principios básicos, mencionados en el apartado dieta sana. No obstante debe de tener en cuenta que para que la alimentación esté ajustada a usted, se deben de tener en cuenta una serie de factores a valorar como historia dietética, hábitos alimentarios, enfermedades, medicación y actividad física entre otros. Para ello deberá de consultar a su dietista-nutricionista.

Aumente su actividad física y realice al menos 30 minutos de ejercicio diario.

  • Empiece por moverse más:
    • Camine siempre que pueda.
    • No emplee el ascensor.
    • Colabore en las labores del hogar. (bajar la basura, recogiendo la mesa, yendo a comprar, paseando al perro, etc.)
  • Continúe por realizar actividades físicas programadas que siempre ha querido hacer. Matricúlese en grupos de baile, natación, squash, tenis, padel o a aquello que siempre quiso hacer. Puede que por el momento no sea el número uno de la clase, pero qué importa si lo pasa bien y además quema calorías.
  • Y mantenga sus propósitos y objetivos firmes. Sea constante en su actividad.

Abandone los malos hábitos, que van ligados al sedentarismo:

  • Limite su tiempo frente al televisor y el ordenador e inviértalo en actividades.
  • Deje de fumar. El tabaquismo, además de ser extremadamente perjudicial para su salud, afecta directa e indirectamente a su condición física, empeorándola con el tiempo.

Limite su consumo de alcohol. Si bien es cierto que estudios científicos demuestran que un consumo reducido y frecuente de alcohol (2 copas de vino tinto/día para varones y 1 copa de vino tinto/día para mujeres no gestantes) puede resultar beneficioso para la salud, no hemos de tomarlo como modelo a seguir.

Si usted no bebe le aconsejamos que no empiece a beber. Y si lo hace habitualmente debe limitar su consumo, porque en primer lugar el alcohol es una sustancia adictiva y, en segundo lugar el alcohol añade calorías vacías (sin nutrientes) al organismo.