Riesgos de la cirugía

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Tanto las complicaciones como la mortalidad son infrecuentes en este tipo de intervenciones cuando son llevadas a cabo por especialistas de contrastada experiencia y en unidades-hospitales con equipos multidisciplinares. El desarrollo e implantación de la laparoscopia ha minimizado la agresión quirúrgica, disminuyendo el dolor postoperatorio, acortando la estancia y reduciendo las complicaciones.

Los riesgos inherentes a estos procedimientos se comentan de forma pormenorizada durante la entrevista clínica en la consulta, y así figuran en el modelo de Consentimiento Informado que lee y firma cada paciente antes de la intervención.

  • El riesgo de mortalidad quirúrgica (30 días postoperatorios)  de este tipo de intervenciones cuando son realizadas en Unidades Especializadas es del 0.2%, similar al de la colecistectomía laparoscópica (quitar la vesícula biliar).
  • El riesgo de mortalidad global aceptada es inferior al 1% aproximadamente (juntando casos de bajo y alto riesgo).
  • El riesgo de complicaciones severas (fugas y/o peritonitis) es del 0.5-1% según la técnica, y el riesgo de complicaciones menores (infección de herida, infección de orina, respiratorias…)  entorno al 5%.

Complicaciones

Complicaciones potencialmente graves: Perforación o fuga del estómago y/o intestino, causante de peritonitis y abscesos, hemorragias internas, lesión de órganos internos, obstrucción de la salida del reservorio.

  • Complicaciones pulmonares: neumonías, atelectasias, embolismos,…
  • Complicaciones cardiovasculares: infartos, arritmias, derrame cerebral,…
  • Complicaciones hepatorrenales: insuficiencia, hepatitis, cirrosis,…), problemas psicosociales, etc.
  • Complicaciones menores: infección de la herida, hernia de pared abdominal, deformidad de la cicatriz y piel floja, infección urinaria, reacciones alérgicas, náuseas o vómitos, esofagitis, bajos niveles de electrolitos o azúcar en sangre, bajada de la presión arterial, estrechamiento o dilatación del estoma – unión del reservorio gástrico con el intestino, anemia, caída temporal del cabello, estreñimiento o diarrea, litiasis biliar, úlcera de estómago o intestino, pérdida de peso insuficiente, intolerancia a los azúcares refinados de absorción rápida, etc.

Lo habitual es que el paciente ingrese el mismo día de la intervención, transcurra la intervención y el postoperatorio con normalidad, y se dé el alta a las 48h de postoperatorio con información dietética para el cuidado domiciliario hasta las revisiones posteriores.

Salvo excepciones, los pacientes se recuperan bien de la anestesia y pasan a su habitación, sin necesidad de UCI.

Todos los pacientes llevan pautada profilaxis antibiótica y tromboembólica con heparina de bajo peso molecular y medias neumáticas antitrombóticas, además de protección gástrica.