Cirugía de la Obesidad

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La obesidad mórbida se trata mediante cirugía debido a los graves riesgos que suponen las enfermedades asociadas, el bajo riesgo de la intervención quirúrgica, y la escasa eficacia de los tratamientos médicos y dietéticos con este grado de obesidad.

Esta cirugía está indicada en pacientes con obesidad mórbida (IMC>40) y en pacientes con obesidad severa (IMC 35-40) con comorbilidades. Sin embargo, estos criterios fueron establecidos en 1995 en USA y adoptados en 2003 en España. Casi 15 años después, con una EPIDEMIA DE GLOBESIDAD en marcha, con la mayor seguridad y menor agresividad de la Cirugía Laparoscópica, y los mejores resultados de las técnicas quirúrgicas, se está considerando la ampliación de la indicación también a PACIENTES CON IMC 30-35 y COMORBILIDADES, sobre todo la DIABETES, ya que sabemos que la relación riesgo/beneficio en estos pacientes es MUY FAVORABLE.

Para indicar el tratamiento quirúrgico, como norma general, hacen falta intentos previos serios y controlados de pérdida de peso, edad entre 18 y 65 años, y ausencia de patología psiquiátrica o adicciones severas que contraindiquen la intervención.

Se puede considerar la cirugía en pacientes con menor sobrepeso si desde el punto de vista médico existe razón suficiente para la reducción de peso y la intervención quirúrgica parece ser la única manera de conseguirlo.

Se trata de una cirugía mayor, no es cirugía estética, y el objetivo final no es llegar al peso ideal sino mejorar el control de las comorbilidades para mejorar la calidad de vida, reduciendo el riesgo de mortalidad. En general consideramos que el éxito final depende tanto de la operación como del seguimiento posterior.

El objetivo de la cirugía es controlar la obesidad cambiando el equilibrio de la energía de dos maneras: disminuir la cantidad de alimentos que ingerimos, y hacer que los alimentos no se digieran y absorban por completo (malabsorción parcial).

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